¿Qué mejor que empezar a cuidar de nosotros mismos? Para nadie es un secreto que el día a día trae problemas y momentos difíciles en diversas áreas de nuestra vida, a nivel familiar, laboral, académico, de pareja, social, entre otros, que suelen estar acompañados de altos niveles emocionales y cambios en nuestro estado de ánimo. Muchas veces en el afán de lo cotidiano ignoramos estos cambios o emociones, lo cual puede traernos problemas a mediano y largo plazo. Es por esto que es importante tomar un respiro y hacernos dos sencillas preguntas, ¿cómo nos sentimos? y ¿qué podemos hacer para estar mejor?
Teniendo en cuenta lo anterior, debemos hablar sobre un componente muy importante en nuestra vida, el autocuidado, que irónicamente, suele ser muy descuidado. ¿Qué es el autocuidado? ¿Cómo empezar a cuidar de nosotros mismos? ¿Qué estrategias podemos utilizar?
Según la OMS, el autocuidado es la capacidad de los individuos para promover y
mantener un buen estado de salud, junto al uso de estrategias para prevenir y hacer frente a las enfermedades, ya sea por medio del acompañamiento de un profesional o por cuenta propia (OMS, 2022).
Aunque suena sencillo y apenas lógico, muchas veces nuestro estilo de vida no nos permite hacernos cargo de este aspecto. Es aquí donde debemos tener en cuenta un constructo que hace parte de nuestras vidas y que no podemos dejar de lado al hablar de autocuidado, las vulnerabilidades.
Las vulnerabilidades son condiciones o eventos que hacen a un individuo más sensible o con mayor predisposición a presentar dificultades emocionales y físicas durante el momento presente o frente a los días que vienen (Linehan, 2014).
Imagina que hoy has tenido un día difícil, te sientes cansado, con muchas preocupaciones, tu estado de ánimo se encuentra bajo, sin energía y motivación. Te sientas en tu cama y te tomas un momento para pensar y evaluar cómo ha estado tu
semana, notas que justamente durante estos días no has dormido bien, la alimentación no ha sido la mejor, y la carga de responsabilidades ha aumentado. También te encuentras un poco enfermo, tuviste un fin de semana de fiesta y se presentó consumo de sustancias o alcohol, no pudiste hacer ejercicio, faltaste a tu cita en psicología etc. Tan solo una o varias de estas estas situaciones, se han convertido en factores que hacen que estés más
vulnerable a presentar momentos de dificultad, crisis emocionales o problemas de salud.
Esto nos ayuda a entender por qué hoy nos sentimos así y cómo empezar a cambiarlo. Puede que esto se mantenga a lo largo de nuestra vida y no le prestemos atención, lo que conlleva a un estado constante de vulnerabilidad.
Hacer una evaluación de tus vulnerabilidades es un primer paso y estrategia para empezar con el autocuidado. Debemos conocernos y estar atentos a nuestro cuerpo y emociones, entender de dónde viene el problema y que podemos hacer para cambiarlo.
Acá te recomendamos algunas estrategias sencillas para lograrlo:
- Pide una cita médica y hazte un chequeo general.
- Mantén un horario en tus actividades que te permita al finalizar la jornada
adecuadamente y darte un descanso para poder tener un sueño reparador. - Evita el consumo de sustancias que alteren tu estado de ánimo o el automedicarte sin supervisión de un profesional.
- Mantén, retoma o inicia algún tipo de actividad física. 15 minutos al día para
empezar está bien. - Evalúa tu alimentación, tanto un consumo en exceso o uno muy bajo, puede ser contraproducente.
- Inicia un acompañamiento en psicología.
- Permítete sentir tus emociones.
- Evita leer y escuchar tantas noticias en el día, con una vez es más que suficiente.
- Realiza alguna actividad de ocio y que sea de tu agrado durante la semana.
Estos son algunos ejemplos de cómo podemos empezar a ejercer el autocuidado. Si no estamos bien y no prestamos atención a nuestra mente y cuerpo, el malestar, las crisis y los problemas se pueden mantener o aumentar y nuestro estado de ánimo en el día a día no será el mejor, pues influye en nuestras emociones, pensamientos, comportamientos, salud física y de más.
Estas son pequeñas pero muy poderosas estrategias que podemos empezar a evaluar e implementar. Es un primer paso, poco a poco, no necesitamos que todo sea inmediato o hacer muchas actividades al tiempo. Con calma podemos construir nuestro bienestar, sea con el acompañamiento de un profesional o por nosotros mismos.